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El blog fue realizado por los historiadores Armando Serna Calambas y Jesús Iván Sánchez Sánchez para el Museo Nacional Guillermo Valencia.

lunes, 16 de marzo de 2020

01. Como se vivió la Dictadura en el departamento del Cauca

Imagen: https://www.emaze.com/@ALRWTROR/GUSTAVO-ROJAS-PINILLA-

Las Controversias políticas entre Liberales y Conservadores bajo el nuevo gobierno 1953 – 1957.
 
En la noche de del 13 de junio de 1953, con el respaldo del ex-presidente Ospina Pérez, y la plana mayor de la oposición conservadora, el General Rojas Pinilla anunció la consumación de un golpe de estado. La Iglesia, los gremios empresariales y todos los grupos políticos, con la excepción de un puñado de laureanistas y del partido comunista, lo avalaron. Este “cuartelazo” resultó en uno de los cambios de gobierno más pacíficos y respaldados hasta el momento[1]
La llegada del general Rojas al poder fue descrita como un “golpe de opinión”, según el político Darío Echandía:
“No fue vuestro gesto el producto de la ambición rapaz, sino el abnegado sentido del deber. Tomasteis el mando en virtud de un golpe de opinión, pues vuestros esfuerzos no fueron encaminados a destruir un estado de derecho sino a establecerlo, no a imponer la fuerza sobre la legalidad sino a cambiar la anarquía por el orden.”[2]
 Para Atehortúa la toma del poder por parte de Rojas, debe ser comprendida en un contexto de alianzas, entre el grupo conservador liderado por Mariano Ospina Pérez, las entidades eclesiales, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, el embajador norteamericano, industriales y comerciantes y finalmente las fuerzas armadas. Todos ellos, llevaron a cabo el golpe militar el 13 de junio de 1953[3].     
“Desde el instante mismo en que la radio nacional anuncio la posesión del Teniente General Rojas Pinilla de la presidencia de la república, hubo en todos los círculos general expectativa y una no disimulada sensación de alivio. La noche del sábado estuvo rodeada, entre nosotros de momentos verdaderamente emocionantes y dramáticos. Gentes que buscaban ansiosas en las bandas de sus radios la emisora oficial, multitud de consejas tejidas al calor de las primeras noticias […] pero no hubo ningún acto de violencia ni siquiera de coacción a los derechos ciudadanos, las patrullas del ejército recorrieron la ciudad en actitud vigilante pero pacífica y, hasta el momento, en que se redacta esta croniquilla, no se ha registrado un solo caso de sangre. El señor comandante y oficiales: el señor Teniente Coronel Emilio Tovar Lemus, la planta de oficiales, y suboficiales y soldados del Batallón Junín, han cumplido hasta el momento con las ordenes emanadas de la presidencia de la república sin caer en ningún acto que deslustre el sentido… el Teniente Coronel Tovar Lemus ha estado atendiendo en su despacho a todo lo relacionado con la guarda del orden público, hasta el punto de poder informar que reina la tranquilidad en todo el departamento.[4]” 
Imagen: http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?idfoto=205994
Lo que se anunciaba en la prensa caucana era una tranquilidad general, los estamentos militares del departamento ahora tenían el control político y económico. Los trabajadores oficiales esperaban los nombramientos regionales con temor de perder sus puestos que habían sido conseguidos a través de las antiguas clientelas partidistas. El Estado estuvo bajo el control del partido conservador, en este sentido las cosas eran diferentes cada quien buscó sus beneficios, de ahí que muchos acudieron a la nueva fuerza política. 
“Un redactor de este diario visitó ayer todos los despachos tanto municipales como departamentales y encontró a los mismos empleados que, muy madrugadores, exhibieron gran puntualidad en asistir al cumplimiento de sus deberes. Estos señores empleados como es natural están pendientes del inminente cambio de gobernador y otras altas autoridades que hasta el sábado representaron el antiguo régimen. Al respecto de gobernador, muy poco se sabía ayer en los habituales círculos de la política y sólo se espera el nombramiento que no ha de tardar en producirse.”[5]
En los primeros días del gobierno del general Rojas Pinilla, el departamento del Cauca no presentó alteraciones violentas ni tampoco, cuestionamientos fuertes de los directorios liberales y conservadores, todo aparecía en una calma y tranquilidad. Por ejemplo los liberales se pronunciaron en las siguientes palabras:
“[…] nosotros los liberales hemos venido clamando desde hace siete años por un retorno a la tranquilidad. Por una confraternidad entre colombianos. Por una comprensión mutua, sin ventajas, sin odios, sin venganzas, sin segundas intenciones […] ahora, estamos frente a una nueva situación. Los días, los meses y acaso los años, nos prestaran elementos de juicio para valorarla en toda su proyección histórica […] ha dicho el alto militar en su discurso que su misión será transitoria y que en el ejercicio de ella, procurara la reconciliación nacional y el entendimiento entre colombianos, para que el pueblo pueda darse, libremente sus gobernantes, legisladores y jueces. Son estas las tareas, sin lugar a dudas, palabras de esperanza en las cuales confía Colombia.[6]
Imagen http://www.cronicadelquindio.com
En efecto las medidas tomadas por Rojas recibieron aplausos en todos los sectores. Las guerrillas liberales establecieron diálogos con el gobierno para su rendición, basadas en una serie de exigencias políticas y económicas tales como terminar con el estado de sitio, amnistiar los delitos políticos, reincorporar a la vida civil a los campesinos – guerrilleros y las zonas de violencia a la economía nacional entre otros[7].     
El gobierno de Rojas Pinilla, como habíamos descrito al principio del capítulo, se caracterizó por sus designaciones militares en varios departamentos, donde los gobernadores militares cumplirían un papel importante en el control político y territorial. Para el departamento del Cauca el General designó al Coronel Emilio Tovar Lemus comandante del Batallón Junín acantonado en esta ciudad.
El control del orden público desde el momento que asume el poder el general Rojas Pinilla, es una de las más grandes preocupaciones. Desde la prensa se exalta la tranquilidad que vive la ciudad y el departamento:
“informaciones obtenidas ayer en fuentes oficiales hacen saber que la actualidad reina la más completa paz en todo el departamento, debido a la actuación de las fuerzas armadas que han intervenido eficazmente y han evitado todo conato de intranquilidad. Por lo demás en todas las regiones y pueblos del Cauca, las palabras del señor presidente de la república se interpretan patrióticamente y los ciudadanos antes envenenados por la política, solo desean paz, tranquilidad y los medios para reintegrar a sus quehaceres.”[8] 
Lo anterior se encuentra relacionado a la censura de la prensa, lo cual fue una constante durante el gobierno de Rojas. Durante los primeros meses de establecido el gobierno militar se hizo un pacto diplomático para que los mismo directores, hicieran una especie de autocensura, evitando así los roces. Sin embargo, el 6 de marzo de 1954, se ordenó por decreto que todos los periódicos del país debían “ceñirse al relato de los hechos” y evitar la interpretación. Además se castigaba con prisión de seis meses a dos años el trasmitir, escribir, editar, ayudar a editar, o distribuir escritos en que se insultase a las autoridades legítimamente constituidas[9]
Las fuerzas armadas eran vistas como las salvadoras de la patria y debían tener su concerniente respeto por sus logros. Por ello se decretó a nivel nacional el día 13 de julio de 1953 un homenaje a las entidades militares, en esta fecha se cumplía un mes de la toma del poder por parte del ejército, fue un suceso que marcó la historia del país y debía tener su glorificación. En el departamento del Cauca, para dicho día se organizó una manifestación popular que tenía ciertas normas establecidas por el gobernador, estas eran:
“1) En su organización únicamente podrán intervenir elementos autorizados y representativos de tales gremios, 2) a ella puede asistir toda la ciudadanía en general sin distinciones políticas o sociales, 3) en las casas podrá izarse única y exclusivamente la bandera nacional, 4) no será permitido en la manifestación portar banderas o carteles alusivos a partidos políticos, 5) únicamente serán permitidos gritos a favor del gobierno que preside el Excelentísimo señor Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, presidente.”[10]
Estas condiciones que el gobierno del Cauca daba a los participantes de la manifestación, se encuentran vinculados a la censura de prensa hecha por el gobierno, con el fin de evitar desórdenes y consignas en contra del gobierno. En este sentido se puede analizar,  la manipulación de los medios de comunicación y su servicio al gobierno central.  
Imagen: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/valencia_guillermo_leon.htm

El payanés Guillermo León Valencia, al regresar de España, comenzó una gira nacional con la intención de unir y reagrupar el Partido Conservador, quien se había dividió después del golpe militar. La división se dio por el apoyo que dieron los conservadores ospinistas liderados por Ospina Pérez al golpe militar, mientras que los laureanistas sintieron la traición de su partido por haberlos sacado del poder. De igual manera la ideología ospinista estaba vinculada, al dialogo y a la reconciliación, mientras que el laureanismo seguía los ideales extremos de Gómez enfocados en la hegemonía conservadora.  
Al mismo tiempo que se enunciaba la Junta de Reservistas en Popayán, también los demás municipios del departamento anunciaban establecer organizaciones con antiguos miembros del ejército: “[…] parece que los municipios del Cauca comienzan a movilizarse a fin de constituir organismos similares, con radio de acción limitado desde luego, permitiendo aglutinar a todos los antiguos servidores del ejército y a prestarse para la defensa de los sanos principios por donde deba encausarse la vida normal y pacífica de nuestra patria.[11]
El juego entre los poderes militares y civiles, fue de constante dinámica; con la noticia nacional de que el general Rojas Pinilla visitaría la ciudad, el partido liberal departamental describía en un comunicado que apoyaría y participaría en el recibimiento del presidente a Popayán: “ […] el liberalismo caucano cumplirá un grato deber de cultura cívica y procederá con estricta lógica, rodeando al Primer Mandatario de Colombia cuando realice su visita a esta ciudad, puesto que hay derecho a esperar, por noble y patriótica decisión suya, la próxima restauración de nuestra democracia […] el 13 de junio no se produjo un simple relevo de grupos, sino un gobierno para todos los colombianos dentro de la histórica norma de que la Patria está por encima de los partidos políticos.[12]
Imagen: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/valencia_guillermo_leon.htm

3.2. Oposiciones de los partidos políticos y caída del Régimen Militar (1955 – 1957)
Al iniciarse el año de 1955, comenzaron oposiciones al régimen central de Rojas Pinilla, desde algunos líderes conservadores caucanos. Por ejemplo el ex gobernador del Cauca Garcés Valencia no apoyó el establecimiento de un tercer partido en la nación, lo mismo opinó otro dirigente regional López Narváez. Esto hace parte del temor que sentían los miembros de los partidos tradicionales, al ver que una tercera fuerza podría desplazarlos del poder. Una cosa eran las fuerzas armadas como ente ordenador y otra que se fundase una nueva tendiente política liderada por un personaje que tenía matices ideológicos diferentes a los postulados clásicos[13].
Las juventudes conservadoras laureanistas de Popayán, sobre todo los universitarios se pronunciaron con respecto al gobierno nacional, y se evidenció la división entre quienes apoyaban al régimen y los opositores: “El partido conservador no entiende como puede ser partido de gobierno, si este se ejerce a nombre de las instituciones armadas. No comprende cómo puede trazarse nueva orientación política sin el libre juego democrático. No autoriza, por respeto a cada uno de los integrantes la nueva repetida violación de normas éticas, morales, legales y estéticas que viene trasgrediendo quienes son fútiles pretextos organizados, coadyuvaron y adhirieron al golpe del cuartel traicionando al jefe máximo en momentos decisivos para el porvenir de la patria y el partido.”[14]
A parte de las tensiones políticas entre los conservadores y su respaldo al gobierno de Rojas Pinilla, es importante conocer algunos sucesos de orden público que se presentaron en el departamento del Cauca: “Fue asesinado el señor Recaudador de Rentas, Jesús Cadena, a quien después de muerto los bandoleros volvieron picadillo e igualmente fueron asesinados los señores Ismael Pazos y José María Rodríguez, miembros de la mayoría del Consejo Administrativo Municipal de Jámbalo. El Sr Pazos imploró de rodillas que no lo mataran pero fue ultimado se ignora si hubo más asesinatos.”[15]
distorsionaban los postulados del conservatismo y lo dividía.[16]
A finales del año 1955 el gobierno nacional dio la orden de mantener la censura de la prensa, esto no gustó mucho en algunos sectores políticos regionales y nacionales; con este ataque se ponían barreras a la libertad expresión y a las libertades defendidas por los partidos políticos. Guillermo León Valencia líder conservador payanes, guardó silencio, con respecto a ello; pero la prensa liberal recordaba un discurso del líder pronunciado en el año de 1953 donde se oponía a la cesura:
“La censura de prensa es el caldo de cultivo en que prolifera el peculado y el delito, cáncer que derriba a los gobiernos y corrompen al pueblo. La libertad de prensa es el aire que penetra a las interioridades de los organismos sociales, pone de presente la debilidad para remediarlas y expulsa la impunidad que produce la anestesia del órgano, primer síntoma de desintegración inevitable. La propia medicina nos enseña que algunas afecciones, inclusive malignas, llegan a curarse al sólo contacto del aire y de la luz […]”[17]
En una estrategia política en el mes de septiembre de 1955 al renunciar el gobernador del Cauca Tomás Castrillón, el general Rojas Pinilla nombró a la señora Josefina Valencia de Hubach como nueva gobernadora, quien era la hermana del Dr. Guillermo León Valencia, principal líder conservador que hasta la fecha apoyaba al gobierno militar[18].
La llegada de Josefina Valencia como gobernadora del Cauca, permitió al gobierno militar mantener un respaldo, a sus políticas, a través de la “tercera fuerza”, movimiento político que lideraba Josefina en el departamento. Con esto se logró neutralizar las oposiciones bipartidistas que se estaban comenzando a gestar. Además, Josefina Valencia era la hermana de Guillermo León Valencia el principal líder conservador en su momento y quien se dispuso posteriormente a ser el más fervoroso contradictor del régimen.   
El nuevo gobierno de Josefina Valencia, no fue una distracción, para la normatividad en el departamento. A finales de 1955 y a principios de 1956, el general presidente Rojas Pinilla mantuvo la censura de prensa en todo el país. Es importante tener en cuenta este hecho, pues es uno de los temas que se trataran más adelante para que la oposición comience su carrera y terminen con la destitución del gobierno militar[19].   




[1] PALACIOS, Marco. (1988).Entre la legitimidad y la violencia Colombia 1875 – 1994. Bogotá. Norma. p. 211. 
[2] ECHANDÍA, Darío. (2010). Citado en: ATEHORTÚA Cruz, Adolfo León. El golpe de Rojas y el poder de los militares. Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional. p. 40.
[3] Ibíd. Pág. 36 – 37.
[4] CORRESPONSAL. Cuarenta y ocho horas de nuevo gobierno. Tranquilidad en todo el Cauca. El Liberal. 16 de junio de 1953. Popayán. p. 1. 
[5] Ibíd. 
[6] Ibíd. p. 13. 
[7] TORRES, del Rio, Cesar. (2000). Fuerzas Armadas y seguridad nacional. Op. Cit. p. 46.
[8] CORRESPONSAL. Paz y tranquilidad en todo el Departamento, hasta hoy 28. En: El Liberal, 28 de junio de 1953. p.1. 
[9] Tirado, Mejía Álvaro. Rojas Pinilla: del golpe de opinión al exilio. En: Nueva Historia de Colombia. Tomo II, Historia Política 1946 - 1986.  Op. Cit. p. 106.
[10] CORRESPONSAL. Normas que fija el gobierno para la manifestación que los transportadores verificaran el 13 de junio. En: El Liberal, 11 de julio de 1953. p.1.
[11] CORRESPONSAL. Los municipios también constituirán juntas de reservistas se comenta. En: El Liberal, 2 de septiembre de 1953. p. 1.
[12] CHAUX, Francisco José. Presidente del liberalismo, el directorio liberal ordena recibir al presidente. En: El Liberal, 9 de octubre de 1953. p. 1.
[13] CORRESPONSAL. Rápidamente la fracción gobernadora conservadora le retira a poyo al gobernador. En El Liberal: enero 12 de 1955. p. 1.
[14] CORRESPONSAL. El estudiantado conservador de Popayán es adverso a la convención de su partido. En: El Liberal, 22 de enero de 1955. p. 1.
[15] CORRESPONSAL. Asaltada la población de Jámbalo por más de 70 Bandoleros. En: Liberal, 22 de abril de 1955. p. 1.
[16] CORRESPONSAL. “No estoy de acuerdo con las actividades políticas de la junta de acción conservadora”, dice Guillermo León Valencia. En: El Liberal, 5 de junio de 1955. p. 1.
[17] VALENCIA, Guillermo León. La censura. En: El Liberal, 15 de septiembre de 1955. p.1
[18] CORRESPONSAL. Doña Josefina Valencia de Hubach regirá los destinos del departamento del Cauca. En: El Liberal, 22 de septiembre de 1955. p.1
[19] CORRESPONSAL. “El Espectador” no circuló ayer. Censura impuesta a ‘Diario Grafico’, ‘El Diario’, ‘El Correo’ y ‘El Colombiano’. En: El Liberal, 7 enero, de 1956. p. 1.3.1. Las Controversias políticas entre Liberales y Conservadores bajo el nuevo gobierno 1953 – 1957. 
En la noche de del 13 de junio de 1953, con el respaldo del ex-presidente Ospina Pérez, y la plana mayor de la oposición conservadora, el General Rojas Pinilla anunció la consumación de un golpe de estado. La Iglesia, los gremios empresariales y todos los grupos políticos, con la excepción de un puñado de laureanistas y del partido comunista, lo avalaron. Este “cuartelazo” resultó en uno de los cambios de gobierno más pacíficos y respaldados hasta el momento[1]
La llegada del general Rojas al poder fue descrita como un “golpe de opinión”, según el político Darío Echandía:
“No fue vuestro gesto el producto de la ambición rapaz, sino el abnegado sentido del deber. Tomasteis el mando en virtud de un golpe de opinión, pues vuestros esfuerzos no fueron encaminados a destruir un estado de derecho sino a establecerlo, no a imponer la fuerza sobre la legalidad sino a cambiar la anarquía por el orden.”[2]
 Para Atehortúa la toma del poder por parte de Rojas, debe ser comprendida en un contexto de alianzas, entre el grupo conservador liderado por Mariano Ospina Pérez, las entidades eclesiales, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, el embajador norteamericano, industriales y comerciantes y finalmente las fuerzas armadas. Todos ellos, llevaron a cabo el golpe militar el 13 de junio de 1953[3].     
“Desde el instante mismo en que la radio nacional anuncio la posesión del Teniente General Rojas Pinilla de la presidencia de la república, hubo en todos los círculos general expectativa y una no disimulada sensación de alivio. La noche del sábado estuvo rodeada, entre nosotros de momentos verdaderamente emocionantes y dramáticos. Gentes que buscaban ansiosas en las bandas de sus radios la emisora oficial, multitud de consejas tejidas al calor de las primeras noticias […] pero no hubo ningún acto de violencia ni siquiera de coacción a los derechos ciudadanos, las patrullas del ejército recorrieron la ciudad en actitud vigilante pero pacífica y, hasta el momento, en que se redacta esta croniquilla, no se ha registrado un solo caso de sangre. El señor comandante y oficiales: el señor Teniente Coronel Emilio Tovar Lemus, la planta de oficiales, y suboficiales y soldados del Batallón Junín, han cumplido hasta el momento con las ordenes emanadas de la presidencia de la república sin caer en ningún acto que deslustre el sentido… el Teniente Coronel Tovar Lemus ha estado atendiendo en su despacho a todo lo relacionado con la guarda del orden público, hasta el punto de poder informar que reina la tranquilidad en todo el departamento.[4]” 
Lo que se anunciaba en la prensa caucana era una tranquilidad general, los estamentos militares del departamento ahora tenían el control político y económico. Los trabajadores oficiales esperaban los nombramientos regionales con temor de perder sus puestos que habían sido conseguidos a través de las antiguas clientelas partidistas. El Estado estuvo bajo el control del partido conservador, en este sentido las cosas eran diferentes cada quien buscó sus beneficios, de ahí que muchos acudieron a la nueva fuerza política. 
“Un redactor de este diario visitó ayer todos los despachos tanto municipales como departamentales y encontró a los mismos empleados que, muy madrugadores, exhibieron gran puntualidad en asistir al cumplimiento de sus deberes. Estos señores empleados como es natural están pendientes del inminente cambio de gobernador y otras altas autoridades que hasta el sábado representaron el antiguo régimen. Al respecto de gobernador, muy poco se sabía ayer en los habituales círculos de la política y sólo se espera el nombramiento que no ha de tardar en producirse.”[5]
En los primeros días del gobierno del general Rojas Pinilla, el departamento del Cauca no presentó alteraciones violentas ni tampoco, cuestionamientos fuertes de los directorios liberales y conservadores, todo aparecía en una calma y tranquilidad. Por ejemplo los liberales se pronunciaron en las siguientes palabras:
“[…] nosotros los liberales hemos venido clamando desde hace siete años por un retorno a la tranquilidad. Por una confraternidad entre colombianos. Por una comprensión mutua, sin ventajas, sin odios, sin venganzas, sin segundas intenciones […] ahora, estamos frente a una nueva situación. Los días, los meses y acaso los años, nos prestaran elementos de juicio para valorarla en toda su proyección histórica […] ha dicho el alto militar en su discurso que su misión será transitoria y que en el ejercicio de ella, procurara la reconciliación nacional y el entendimiento entre colombianos, para que el pueblo pueda darse, libremente sus gobernantes, legisladores y jueces. Son estas las tareas, sin lugar a dudas, palabras de esperanza en las cuales confía Colombia.[6]
En efecto las medidas tomadas por Rojas recibieron aplausos en todos los sectores. Las guerrillas liberales establecieron diálogos con el gobierno para su rendición, basadas en una serie de exigencias políticas y económicas tales como terminar con el estado de sitio, amnistiar los delitos políticos, reincorporar a la vida civil a los campesinos – guerrilleros y las zonas de violencia a la economía nacional entre otros[7].     
El gobierno de Rojas Pinilla, como habíamos descrito al principio del capítulo, se caracterizó por sus designaciones militares en varios departamentos, donde los gobernadores militares cumplirían un papel importante en el control político y territorial. Para el departamento del Cauca el General designó al Coronel Emilio Tovar Lemus comandante del Batallón Junín acantonado en esta ciudad.
El control del orden público desde el momento que asume el poder el general Rojas Pinilla, es una de las más grandes preocupaciones. Desde la prensa se exalta la tranquilidad que vive la ciudad y el departamento:
“informaciones obtenidas ayer en fuentes oficiales hacen saber que la actualidad reina la más completa paz en todo el departamento, debido a la actuación de las fuerzas armadas que han intervenido eficazmente y han evitado todo conato de intranquilidad. Por lo demás en todas las regiones y pueblos del Cauca, las palabras del señor presidente de la república se interpretan patrióticamente y los ciudadanos antes envenenados por la política, solo desean paz, tranquilidad y los medios para reintegrar a sus quehaceres.”[8] 
Lo anterior se encuentra relacionado a la censura de la prensa, lo cual fue una constante durante el gobierno de Rojas. Durante los primeros meses de establecido el gobierno militar se hizo un pacto diplomático para que los mismo directores, hicieran una especie de autocensura, evitando así los roces. Sin embargo, el 6 de marzo de 1954, se ordenó por decreto que todos los periódicos del país debían “ceñirse al relato de los hechos” y evitar la interpretación. Además se castigaba con prisión de seis meses a dos años el trasmitir, escribir, editar, ayudar a editar, o distribuir escritos en que se insultase a las autoridades legítimamente constituidas[9]
Las fuerzas armadas eran vistas como las salvadoras de la patria y debían tener su concerniente respeto por sus logros. Por ello se decretó a nivel nacional el día 13 de julio de 1953 un homenaje a las entidades militares, en esta fecha se cumplía un mes de la toma del poder por parte del ejército, fue un suceso que marcó la historia del país y debía tener su glorificación. En el departamento del Cauca, para dicho día se organizó una manifestación popular que tenía ciertas normas establecidas por el gobernador, estas eran:
“1) En su organización únicamente podrán intervenir elementos autorizados y representativos de tales gremios, 2) a ella puede asistir toda la ciudadanía en general sin distinciones políticas o sociales, 3) en las casas podrá izarse única y exclusivamente la bandera nacional, 4) no será permitido en la manifestación portar banderas o carteles alusivos a partidos políticos, 5) únicamente serán permitidos gritos a favor del gobierno que preside el Excelentísimo señor Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, presidente.”[10]
Estas condiciones que el gobierno del Cauca daba a los participantes de la manifestación, se encuentran vinculados a la censura de prensa hecha por el gobierno, con el fin de evitar desórdenes y consignas en contra del gobierno. En este sentido se puede analizar,  la manipulación de los medios de comunicación y su servicio al gobierno central.  
El payanés Guillermo León Valencia, al regresar de España, comenzó una gira nacional con la intención de unir y reagrupar el Partido Conservador, quien se había dividió después del golpe militar. La división se dio por el apoyo que dieron los conservadores ospinistas liderados por Ospina Pérez al golpe militar, mientras que los laureanistas sintieron la traición de su partido por haberlos sacado del poder. De igual manera la ideología ospinista estaba vinculada, al dialogo y a la reconciliación, mientras que el laureanismo seguía los ideales extremos de Gómez enfocados en la hegemonía conservadora.  
Al mismo tiempo que se enunciaba la Junta de Reservistas en Popayán, también los demás municipios del departamento anunciaban establecer organizaciones con antiguos miembros del ejército: “[…] parece que los municipios del Cauca comienzan a movilizarse a fin de constituir organismos similares, con radio de acción limitado desde luego, permitiendo aglutinar a todos los antiguos servidores del ejército y a prestarse para la defensa de los sanos principios por donde deba encausarse la vida normal y pacífica de nuestra patria.[11]
El juego entre los poderes militares y civiles, fue de constante dinámica; con la noticia nacional de que el general Rojas Pinilla visitaría la ciudad, el partido liberal departamental describía en un comunicado que apoyaría y participaría en el recibimiento del presidente a Popayán: “ […] el liberalismo caucano cumplirá un grato deber de cultura cívica y procederá con estricta lógica, rodeando al Primer Mandatario de Colombia cuando realice su visita a esta ciudad, puesto que hay derecho a esperar, por noble y patriótica decisión suya, la próxima restauración de nuestra democracia […] el 13 de junio no se produjo un simple relevo de grupos, sino un gobierno para todos los colombianos dentro de la histórica norma de que la Patria está por encima de los partidos políticos.[12]
3.2. Oposiciones de los partidos políticos y caída del Régimen Militar (1955 – 1957)
Al iniciarse el año de 1955, comenzaron oposiciones al régimen central de Rojas Pinilla, desde algunos líderes conservadores caucanos. Por ejemplo el ex gobernador del Cauca Garcés Valencia no apoyó el establecimiento de un tercer partido en la nación, lo mismo opinó otro dirigente regional López Narváez. Esto hace parte del temor que sentían los miembros de los partidos tradicionales, al ver que una tercera fuerza podría desplazarlos del poder. Una cosa eran las fuerzas armadas como ente ordenador y otra que se fundase una nueva tendiente política liderada por un personaje que tenía matices ideológicos diferentes a los postulados clásicos[13].
Las juventudes conservadoras laureanistas de Popayán, sobre todo los universitarios se pronunciaron con respecto al gobierno nacional, y se evidenció la división entre quienes apoyaban al régimen y los opositores: “El partido conservador no entiende como puede ser partido de gobierno, si este se ejerce a nombre de las instituciones armadas. No comprende cómo puede trazarse nueva orientación política sin el libre juego democrático. No autoriza, por respeto a cada uno de los integrantes la nueva repetida violación de normas éticas, morales, legales y estéticas que viene trasgrediendo quienes son fútiles pretextos organizados, coadyuvaron y adhirieron al golpe del cuartel traicionando al jefe máximo en momentos decisivos para el porvenir de la patria y el partido.”[14]
A parte de las tensiones políticas entre los conservadores y su respaldo al gobierno de Rojas Pinilla, es importante conocer algunos sucesos de orden público que se presentaron en el departamento del Cauca: “Fue asesinado el señor Recaudador de Rentas, Jesús Cadena, a quien después de muerto los bandoleros volvieron picadillo e igualmente fueron asesinados los señores Ismael Pazos y José María Rodríguez, miembros de la mayoría del Consejo Administrativo Municipal de Jámbalo. El Sr Pazos imploró de rodillas que no lo mataran pero fue ultimado se ignora si hubo más asesinatos.”[15]
distorsionaban los postulados del conservatismo y lo dividía.[16]
A finales del año 1955 el gobierno nacional dio la orden de mantener la censura de la prensa, esto no gustó mucho en algunos sectores políticos regionales y nacionales; con este ataque se ponían barreras a la libertad expresión y a las libertades defendidas por los partidos políticos. Guillermo León Valencia líder conservador payanes, guardó silencio, con respecto a ello; pero la prensa liberal recordaba un discurso del líder pronunciado en el año de 1953 donde se oponía a la cesura:
“La censura de prensa es el caldo de cultivo en que prolifera el peculado y el delito, cáncer que derriba a los gobiernos y corrompen al pueblo. La libertad de prensa es el aire que penetra a las interioridades de los organismos sociales, pone de presente la debilidad para remediarlas y expulsa la impunidad que produce la anestesia del órgano, primer síntoma de desintegración inevitable. La propia medicina nos enseña que algunas afecciones, inclusive malignas, llegan a curarse al sólo contacto del aire y de la luz […]”[17]
En una estrategia política en el mes de septiembre de 1955 al renunciar el gobernador del Cauca Tomás Castrillón, el general Rojas Pinilla nombró a la señora Josefina Valencia de Hubach como nueva gobernadora, quien era la hermana del Dr. Guillermo León Valencia, principal líder conservador que hasta la fecha apoyaba al gobierno militar[18].
La llegada de Josefina Valencia como gobernadora del Cauca, permitió al gobierno militar mantener un respaldo, a sus políticas, a través de la “tercera fuerza”, movimiento político que lideraba Josefina en el departamento. Con esto se logró neutralizar las oposiciones bipartidistas que se estaban comenzando a gestar. Además, Josefina Valencia era la hermana de Guillermo León Valencia el principal líder conservador en su momento y quien se dispuso posteriormente a ser el más fervoroso contradictor del régimen.   
El nuevo gobierno de Josefina Valencia, no fue una distracción, para la normatividad en el departamento. A finales de 1955 y a principios de 1956, el general presidente Rojas Pinilla mantuvo la censura de prensa en todo el país. Es importante tener en cuenta este hecho, pues es uno de los temas que se trataran más adelante para que la oposición comience su carrera y terminen con la destitución del gobierno militar[19].   




[1] PALACIOS, Marco. (1988).Entre la legitimidad y la violencia Colombia 1875 – 1994. Bogotá. Norma. p. 211. 
[2] ECHANDÍA, Darío. (2010). Citado en: ATEHORTÚA Cruz, Adolfo León. El golpe de Rojas y el poder de los militares. Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional. p. 40.
[3] Ibíd. Pág. 36 – 37.
[4] CORRESPONSAL. Cuarenta y ocho horas de nuevo gobierno. Tranquilidad en todo el Cauca. El Liberal. 16 de junio de 1953. Popayán. p. 1. 
[5] Ibíd. 
[6] Ibíd. p. 13. 
[7] TORRES, del Rio, Cesar. (2000). Fuerzas Armadas y seguridad nacional. Op. Cit. p. 46.
[8] CORRESPONSAL. Paz y tranquilidad en todo el Departamento, hasta hoy 28. En: El Liberal, 28 de junio de 1953. p.1. 
[9] Tirado, Mejía Álvaro. Rojas Pinilla: del golpe de opinión al exilio. En: Nueva Historia de Colombia. Tomo II, Historia Política 1946 - 1986.  Op. Cit. p. 106.
[10] CORRESPONSAL. Normas que fija el gobierno para la manifestación que los transportadores verificaran el 13 de junio. En: El Liberal, 11 de julio de 1953. p.1.
[11] CORRESPONSAL. Los municipios también constituirán juntas de reservistas se comenta. En: El Liberal, 2 de septiembre de 1953. p. 1.
[12] CHAUX, Francisco José. Presidente del liberalismo, el directorio liberal ordena recibir al presidente. En: El Liberal, 9 de octubre de 1953. p. 1.
[13] CORRESPONSAL. Rápidamente la fracción gobernadora conservadora le retira a poyo al gobernador. En El Liberal: enero 12 de 1955. p. 1.
[14] CORRESPONSAL. El estudiantado conservador de Popayán es adverso a la convención de su partido. En: El Liberal, 22 de enero de 1955. p. 1.
[15] CORRESPONSAL. Asaltada la población de Jámbalo por más de 70 Bandoleros. En: Liberal, 22 de abril de 1955. p. 1.
[16] CORRESPONSAL. “No estoy de acuerdo con las actividades políticas de la junta de acción conservadora”, dice Guillermo León Valencia. En: El Liberal, 5 de junio de 1955. p. 1.
[17] VALENCIA, Guillermo León. La censura. En: El Liberal, 15 de septiembre de 1955. p.1
[18] CORRESPONSAL. Doña Josefina Valencia de Hubach regirá los destinos del departamento del Cauca. En: El Liberal, 22 de septiembre de 1955. p.1
[19] CORRESPONSAL. “El Espectador” no circuló ayer. Censura impuesta a ‘Diario Grafico’, ‘El Diario’, ‘El Correo’ y ‘El Colombiano’. En: El Liberal, 7 enero, de 1956. p. 1. 

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